"En los EXTRAVÍOS nos esperan los HALLAZGOS; porque es preciso PERDERSE para volver a ENCONTRARSE." E. Galeano

jueves, 27 de febrero de 2014

Un hasta luego de Italia que se convirtió en adiós

            Después de la maravillosa Venecia nuestro itinerario empezaba  a virar al Este, hacía esos países con poca publicidad que algunos recuerdan porque en los noventa tuvieron una guerra. Pero antes de adentrarnos en los Balcanes nos quedaba una parada en Italia, en una porción de tierra que seguramente algún político tano despierto le ganó de mano a otro más dormido esloveno, la ciudad de Trieste.

Canal principal - Trieste

                Como les contamos antes, en Trieste no teníamos expectativa alguna, nos quedaba de paso. La primera noche nos hospedamos en el departamento de Aruni, una mujer que contactamos por couchsurfing obviamente. Nos advirtió que era vegetariana y que nos podía hospedar desde las 20 porque tenía yoga. Cuando llegamos nos recibió de maravillas con un té, que a diferencia del que estamos acostumbrados en Argentina, el té se prepara poniendo las hierbas en una especie de cuchara que se cierra. Riquísimo. Nuestro itanglish se vio expuesto una vez más a una dura prueba de la que salió satisfactorio sin pasar antes por algún acorralamiento que manoteó vocabulario del español. Finalmente Aruni solo nos pudo hospedar esa sola noche. De nuestra charla descubrimos que los Triestinos no se sienten italianos porque están prácticamente adentro de Eslovenia, y que la cultura del veganismo y los dioses hindúes son algo en crecimiento.

Un botecito en el atardecer de Trieste

                Nos despedimos de esta portadora de la paz bien temprano por la mañana y comenzamos una subida al cerro donde nos dijo que podríamos acampar. Es gracioso para nosotros ahora recordar el “up up up up and there it is” cuando ella nos indicó donde ir y que con nuestras mochilas subimos un par de kilómetros con 15 o 20 kg en la espalda cada uno. Finalmente llegamos al lugar y acampamos. Claramente fue una buena elección, sobre todo cuando encontramos 3 latas de cervezas que alguien habrá olvidado, una era una Lasko, que no tenemos ni idea de donde es ni que sabor tiene.
                Así transcurrieron nuestras 3 noches siguientes, recorriendo la ciudad de día y abrigándonos de noche. Trieste es una paqueta ciudad costera con algunos castillos pequeños, un bonito centro cívico y mucha naturaleza rodeándola. El mar es la frutilla de ese postre bien frío y se llama Trieste.

Castillo de St. Giusto - Trieste

                A todo esto recordamos que teníamos que cambiar nuestros pasajes de vuelta, que como nos habían dicho y confirmado en Aerolíneas Argentinas, eran modificables (con una multa de 100 dolares+IVA) hasta 11 meses adelante. Llamamos, pasamos nuestros datos y nos dieron la ingrata sorpresa de que esos pasajes no podían ser modificados para la vuelta. Sí, ya nos habían confirmado otra cosa en Argentina. Si, nos quedamos sin pasajes de vuelta. Nuestra salida de Italia que iba a ser un hasta luego porque volvíamos por Roma se convirtió en un adiós porque pensamos volver por España, creemos. No sé. Qué se yo (jaja) (un saludito a mi mamá que se está enterando, a mi hermanita y a la tía Nely. Igual volvemos en enero, no se alarmen).

Otra del atardecer en Trieste :)

                En Trieste me preguntaron por segunda vez si yo (Seba) tenía ascendencia italiana, haciendo ademanes de que mis rasgos lo eran. También en Trieste se nos acercó gente para conversar, al vernos extranjeros. En esta ciudad poco turística fue donde nos sentimos mejor tratados, las conversaciones fluyeron con mayor facilidad y la trata impersonal se ausentó, por suerte.

Las montañas nevadas de fondo

                Así fue como después del acampe, un cable tierra sin internet y mucha naturaleza, nos calzamos las mochilas al hombro y fuimos a la ruta rumbo a Croacia. Una hora y veinte tardamos en que nos levante Ifvran, un bosnio muy copado que trabaja en Italia y vive en Croacia. Charlamos en italiano durante la hora y media de viaje. Volvimos a descubrir que todos los países están en crisis, salvo dos o tres. Proceso de acumulación que le dicen. Él está contento porque su hijo es “bello” y trabaja en Germany, y opina que las guerras en los Balcanes fueron por políticos “testa dura”. Las rutas que unen Italia, Eslovenia y Croacia nos dieron una pauta de donde entrabamos: las montañas, bosques y naturaleza eran impactantes durante el viaje. Y llegamos a Rijeka (se pronuncia Rieka), otra ciudad costera pero muy distinta a Trieste.

Plaza Central de Trieste sacada desde el muelle

                El primer impacto, que nos shockeó pero alegró por estar viviéndolo, es el idioma. Todo era ilegible e inentendible. Desde los carteles de los negocios plagados de J, Z y P en distintos órdenes hasta las conversaciones de la gente que a nuestros ignorantes oídos no suenan a nada que hayamos escuchado antes. Lo único que se me viene a la mente cuando hablan es chucrut y kapusta, por sus consonantes y porque son comidas del lugar.

Flor super contenta en la escollera de Rijeka

Entrar a Croacia fue cambiar de planeta. Era como estar caminando en el mundo del revés pero éramos nosotros los que caminábamos por el techo. Preguntamos en una esquina, en un local, todo en nuestro “rusticinglish” y nos fuimos guiando hasta la casa de Rina y Adriano. Son una pareja de croatas que nos hospedo con la mejor onda, tienen alrededor de 30 años y dos perritos muy quilomberos, pero simpaticones. De ellos aprendimos muchas cosas de Croacia, de la ex Yugoslavia de Tito, charlamos de religión y política, nos hicieron de guías para conocer la ciudad y sobre todo experimentamos la buena hospitalidad de este país.

Foto sacada desde el Castillo de Trsat - El canal es el general

Con respecto a Rijeka podemos decir que es una ciudad pesquera con una muy bonita escollera de casi 3 km que es muy muy linda para caminarla, como hicimos nosotros. Otra vez nos lamentamos de no haber traído una mochila entera de yerba y un mate. El lugar realmente invita a matear largo y tendido, como se puede ver en las fotos. También visitamos el Castillo de Trsat, donde ahora está enterrado un antiguo príncipe croata Vuk Krsto Frankopan en una iglesia interior.

El Castillo de Trsat - La zona "vieja"

Junto a Rina (que en realidad se llama Katarina) rearmamos nuestro itinerario. Resulta que toda la info que nos dio google estando en Argentina era muy útil hasta que hablamos con alguien de acá que nos tiró cerca de 15 tips sobre lugares donde ir y otros que podríamos evitar que son “inflados por el mercado turístico”. Mientras tanto, intentamos aprender algo de Croata. Después de Rijeka vamos a ir a Zagreb a esperar que pase el mal tiempo y después volver a buscar el sur, en el Parque Nacional Krka (se pronuncia como suena, crcra).

Algunos “datos duros” de Italia:
-          Algo a lo que ya nos acostumbramos pero es flashero para nosotros, es que si te paras en la senda peatonal los autos frenan para dejarte pasar. Siempre. Y hay muy pocos semáforos inclusive en las ciudades grandes como Roma o Florencia.
-          Transporte público: Una joyita. Los bondis llegan a la hora que dicen, y en tren podes recorrerte todo el país. El problemita son los pasajes, que estando en Eurocitos a nosotros se nos complica. Si fuésemos italianos que cobramos en italiano, nos la pasaríamos viajando en tren.
-          Italia está a la moda. El 95% de las personas en la calle se visten pipi cucú, con marcas caras. No hay outlets ni lugares donde compro normalmente jaja.
-          En Italia casi no se come carne. En los supermercados y carnicerías se vende poco y a alto precio. En cambio la pasta sale como piña y es muy rica. Además no se venden salsas deshidratadas, solo en frascos de vidrios y preparadas.
-          Está de moda el auto chiquito, ese que es como la mitad de uno “normal”. Todos los planes para comprar autos a bajo precio son de esos autitos y se usan mucho, mucho. Y los estacionan en cualquier lugar. Hemos visto uno ocupando el lugar de un container de basura, de esos negros grandes como se ven en Argentina. Muy divertidos.
-          Toda la gente tira su basura en los containers que están en la calle, y la tiran dependiendo si es basura orgánica, papeles, plásticos y vidrios. Un tacho grande para cada cosa. Por supuesto que en sus casas, tienen un tachito para cada cosa también.
-          Vimos algo muy curioso en los supermercados grandes. Si estás “registrado” podes ir con tu documento y te dan una especie de control remoto cuando entras. Marcas todos los productos que vas agarrando con ese control, y cuando terminas, vas a una cabinita y TE COBRAS VOS SOLO con tu tarjeta de crédito. Nadie controla que estés pagando todo lo que te llevas ni nada. Entras, agarras todo, lo marcas, te auto cobras y te vas.

FACEBOOK (donde subimos el día a día): https://www.facebook.com/viajando.de.sur.a.sur

FLICKR (donde están todas las fotos en alta calidad): http://www.flickr.com/photos/115401668@N06/

El Castillo de Trsat - Rijeka

domingo, 23 de febrero de 2014

El movimiento y la constante del cambio - Florencia y Venecia

           Movernos cambio la ecuación del viaje. Llegar a Florencia nos dio un empujón importante, el cambio de aire fue interno. Nos hospedamos en lo de Leonardo Boselli, un italiano muy particular, que se dedica a la parte de informática de la Universidad pero su verdadera ocupación es hospedar gente. Tiene su casa realmente preparada para eso. Hay lugar para 9 personas pero nos contó que llego a hospedar a 14. Tiene reglas, varias, como la de “un día cocinas vos, otro yo” y el que cocina se sienta en un lugar particular de la mesa donde hay un cartelito de “Here is the cook of the meal”. También hay reglas locas, como la de que está prohibido usar tacones. Resulta que tuvo una huésped que iba al baño en zapatos de taco, de noche, y los vecinos se le quejaron. Imaginen que 1800 huéspedes deben dar muchas anécdotas. Para sorpresa nuestra los que más recibió fueron norteamericanos, segundos francés y terceros chinos. Italia está lleno de chinos. Es como si les hubiesen dado vacaciones gratis a todos y estén repartidos por todos lados. De Latinoamérica dice que lo que más hospedo fueron mexicanos y segundo, chilenos. Este terror de los hoteles y de las agencias de turismo tiene todo anotado, en detalle.  Nosotros nos fuimos de su casa contentos de haber sido los que le enseñamos que los argentinos decimos “che” (es bastante complicado responder a la pregunta ¿para que usan el “che”?) y porque le cocinamos un rico pollo con papas a la crema.

Santa María del Fiore, muy llamativa de afuera
Este cerdito es de "la suerte". Hay que ponerle una moneda en la nariz y pedir un deseo jaja

                Florencia es una bonita ciudad sin edificios altos, una mini Roma, que carece de todo el caos pero con un valor cultural increíble. Lamentablemente nosotros poco pudimos aprovechar de eso porque todos pero todos los recorridos eran pagos (y caros). La entrada de una persona para ver el David era más alta que nuestro presupuesto diario entre los dos. Así que visitamos la basílica de Santa María del Fiore junto al Batisterio y el campanario, que son muy bonitos la verdad y recorrimos la ciudad de punta a punta. Las fotos desde la Piazzale Michelangelo son geniales. Ahí arriba también había una iglesia que se comenzó a construir en el 1018 y sus muros intentan retener cascarones de pinturas de aquella época.  Por detrás tiene un cementerio enorme y antiguo, de esos a los que no entrarías de noche, con estatuas para rememorar al fallecido y pequeños castillos (literal) donde familias muy poderosas enterraron generaciones.

El león que da la entrada a la Logia
Plaza de las rosas, previo a la Piazza de Miguel Angel.

                La mitad de Florencia fue “comprada” por los Medici hace siglos y por voluntad de estos, la ciudad fue cuna del Renacimiento. Desafortunadamente los bonitos y famosos jardines de las residencias Medici son privados y casi no se pueden recorrer. Sin embargo, se pueden apreciar importantes lugares como la Logia de la Señoría, un centro de media manzana de grande con muchas esculturas del Renacimiento que Cosimo Medici mandó a hacer. En frente, hay una copia del David. Esta Logia nos hizo darnos cuenta que las obras que estábamos viendo, en su gran mayoría, eran de mucho antes de la independencia de Argentina; e inclusive, de antes del descubrimiento (y comienzo de la matanza de aborígenes) de América.

Esculturas de hombres en bolas everywhere
Florencia - vista desde la Plaza de Miguel Angel.

                Una secuencia de hechos desafortunados hizo que nos quedemos pocos días en Firenze. Después de dos noches en lo de Leonardo, nos tocaba ir de una familia que prometía recibirnos con mate. Nuestro nivel de extrañar el mate está llegando a grados preocupantes. Pero lamentablemente para nosotros al hombre le salió un trabajo importante y no nos iban a poder hospedar. Teníamos dos opciones: o seguíamos con el plan de conocer Cinque Terre, que son cinco pueblitos costeros muy antiguos, para después ir a Verona y después Venecia, o ir directamente a Venecia que el camino era directo. El problema con Cinque Terre es que siendo pueblitos muy poco habitados corríamos el riesgo de no encontrar donde dormir, con 5 grados o menos de temperatura y ciertos temores a menos de 15 días de empezar nuestro viaje. Así que decidimos que era tiempo de darnos espacio de pareja, ir a un hostel y organizar bien como serian nuestros próximos pasos. El hostel barato que teníamos en mente estaba en Venecia así que Cinque Terre quedará para la vuelta.

Venecia - Say no more

                Nosotros tenemos una especie de medida para los lugares. La expectativa la medimos del 1 al 10 y después que conocemos vemos si la alcanzó o no, que en caso de alcanzarla sería algo muy bueno. Con Venecia teníamos una expectativa alta, realmente, pero fue ampliamente superada. De los diez lugares super importantes que tiene para ir a ver, vimos 3 y de casualidad. Nos dedicamos a caminarla. Venecia es un gran laberinto que cada tres cuadras te planta una calle de agua con la normalidad y el descaro mismo que en una gran ciudad te encontras una avenida.  Esas venas del mar Adriático que se entremezclan con la típica construcción de los barrios italianos, con sus pequeños pasajes, blocks de departamentos coloridos, la ropa colgada a diez metros de altura cruzando la calle (de agua o de cemento), la sobrepoblación de iglesias, las plazas suntuosas con el nombre de algún ex conquistador o héroe de la resistencia del lugar hacen que no sea necesario ningún tipo de recorrido turístico. Nuestra mejor manera de conocer Venecia fue caminarla, muy parecido como nos pasó con Roma, pero ésta última avasallaba de monumentos y exóticos paseos culturales. En cambio en Venecia hay paz, es como si el agua licuara las preocupaciones de los que viven en el lugar. Una señora que superaba los 70 con la que conversamos denotaba que era del lugar por su tranquilidad y nos despidió diciendo que le encantaba hablar con españoles, cuando le dijimos que éramos argentinos dijo “bueno, con argentinos entonces también”, siempre con una sonrisa.

Seba en el fin de Venecia. A partir de ahí,el Mar Adriático sin más.


                Tuvimos la suerte de llegar en temporada de carnaval y el de Venecia es mundialmente famoso. Sus máscaras y trajes son obras de arte. Este carnaval empezó cerca del 1500 cuando los nobles querían mezclarse con la plebe y entonces salían disfrazados, y con máscaras, para no ser distinguidos. Hoy en día te cruzas a venecianos disfrazados (como nos pasó a nosotros) y se toman su personaje muy en serio, pasó de ser una excusa de los aristócratas para ser una fiesta para el pueblo (más allá de que las máscaras artesanales cuesten como mínimo 100 euritos).

Máscaras artesanales de Carnaval


                Nuestra corta estadía en el hostel nos sirvió para volver a comunicarnos con familiares y organizar nuestros próximos pasos. Vamos para Trieste donde ya hay una mujer que nos hospeda al menos una noche. De Trieste no esperamos nada, sin expectativa, solo que va a ser nuestra última ciudad de Italia y después vamos para Croacia, pasando Eslovenia a bordo de algún camión o auto que nos quiera llevar en la ruta. El punto que quiero remarcar, para que el lector no se sienta en un cuento de hadas, es que no estamos de vacaciones. Buscar techo o lugar donde poner la carpa y encontrar como viajar de lugar a lugar tiene sus complicaciones. Eso no quita que lo disfrutemos a full, inclusive esas dificultades, pero imaginarse que estamos recorriendo todo de vacaciones sería un error. Nos tomamos un recreo de la rutina, del subte apretado de ida y vuelta del trabajo y de las obligaciones que nos ponen terceros. Ahora las cosas que hacemos son por iniciativa propia, por necesidad de ir al próximo destino en el mapa y porque estamos haciendo lo que durante tiempo soñamos. 

Basilica de San Marcos - del 1063


        En el próximo post, que esperamos no sea dentro de tanto, les contamos como fueron nuestros días en Trieste, la salida de Italia y nuestra sensación general que nos dejó el país de la pizza y la pasta.

lunes, 17 de febrero de 2014

La ciudad eterna y lo complicado de comprimir emociones

         Y nos fuimos de Roma nomás. Después de una de las semanas más locas, agitadas y soñadas de nuestros últimos 2 años. Nunca habíamos pensado en que nuestro primer destino fuese Roma, ni siquiera Italia. La mayoría sabe que nuestro punto de inflexión en el viaje es Dinamarca. Pero Roma era un viaje directo y que no pasaba por España (nos tienen en la mira por ser argentinos y nos avisaron que te piden TODOS los papeles habidos y por haber). Así que, por suerte, Roma fue nuestro primer destino. Grato acierto. Nos estamos yendo empapados de cultura e historia. No es fácil explicar lo que es “la ciudad eterna” en palabras, pero voy a intentarlo.


Piazza di Popolo de noche - nuestra primer noche en Roma

                En los dos meses entre que sacamos los pasajes y que salimos, intentamos estudiar todo lo posible sobre lo que íbamos a vivir en Roma. No es que haya estado mal, pero creo que si estudiábamos un año, iban a seguir habiendo muchas cosas que se nos escapasen. Roma tiene  magia. Es así. Te hechiza un poco con el tono y la parla de los tanos (escucharlos tanto discutir como reírse en grupo es genial), y te termina de encantar con la ciudad en sí. Hay monumentos cada dos cuadras como mucho, e iglesias enormes, lujosas y ostentosas, donde nunca faltan los carteles de “oferte” para que se encienda una “vela” eléctrica. Pero es la sensación de hacer una cuadra y ver un obelisco egipcio traído a Roma hace más de 500 años, y en la misma cuadra entrar en una basílica que ni siquiera aparece en el mapa turístico pero que es igual de grande y llamativa que la de Luján, es una sensación extraordinaria.

Esta foto le quedo genial a Flor, muy creepy - Piazza di Popolo


La más grosa entrando al Campidoglio

                Y es que Roma te avasalla. Te llena de opciones, de lugares para ver y que si te sobran dos minutos de más, son lugares para meditar. Tuvimos la suerte de conocer mucho en una semana: el Coliseo, la Piazza di Pipolo, el monumento a Vittorio Emanuele II (el más grande de Roma, que inclusive claro, tiene una iglesia hermosa adentro), el Foro Romano donde durante cientos de años se decidió la política del imperio romano y por lo tanto de un tercio del planeta, el Monte Palatino donde cuenta la historia que se criaron Rómulo y Remo y hoy alberga cientos de ruinas de la antigua Roma (este lugar es espectacular, es-pec-ta-cu-lar, nos trasladó cientos de años atrás y fue uno de los lugares más impactantes), al Vaticano con una misa del Papa por el día de los enamorados, al Pantheon, Piazza di Spagna, etc etc. Si les cuento todos los lugares se me duermen en el teclado. Pero nombro todo esto para mostrar que nosotros solo recorrimos el 30% de la ciudad, nos faltaron un montón de cosas en una semana, por lo que dense una idea de lo grande y llena de cosas que está. Si Roma estuviese en Argentina, existirían cientos de lugares donde ir a tomar mate.


Preciosa la Fontana de Trevi

                Párrafo aparte para sus callecitas. Caminar por los pasajes y las pequeñas calles adoquinadas de veredas angostas de Roma es un viaje aparte. Te enamoran y no terminas de recorrerlas nunca. La mayor magia de la ciudad está en las simples callecitas que se mezclan con grandes avenidas diagonales. Quizás le pusieron ciudad eterna por eso, por sus callecitas sacadas de una película.


Callecitas de Roma - A que te re caminas todo ahí no?


Foton en el Foro Romano


A todo esto, debes estar pensando “¡a la pipetua!, pero en Roma es todo muy genial”. Y ahí cae del cielo un grito mío de NOOOOT. Roma es carísima. Quizás para el sueldo del romano no lo sea, pero para los argentinos es complicado y más cuando en lugar de ir de turismo, vienen de viajeros como nosotros. Hicimos magia con el presupuesto que tenemos. Los fideos son muy baratos jaja!


Monte Palatino, sacada desde el Foro Romano

                Con respecto a nosotros, nos tomó dos días caer en donde estábamos y que estábamos haciendo. Es fuerte la experiencia y la sensación. Sumado al inconveniente de la falta de internet de los primeros 4 días, fue complicado comunicarse con la familia. Por suerte los últimos dos días nos hospedamos en lo de Maurizio, un couchsurfer que nos alojó en su casa y nos cocinó riquísimas cenas y él tenía internet así que nos empezamos a poner al día. Hoy estamos muy felices, acostumbrándonos a la libertad de la no-rutina y mirando mapas para ver nuestro próximo destino. Adaptándonos a los que nos rodean y haciéndonos entender en un “italiñol” que usa el inglés como bastón. Hoy puntualmente estamos viajando a Florencia, la ciudad de los Medici.


Seba en la Casa de Augusto, que fue un aristocrata en el Imperio Romano. Las pinturas de atrás tienen más de 500 años -. . . - ¿Vuelve Caruso?

El Coliseo desde adentro. Recordemos que fue fundado en el 67 D.C. y se banco un rayo en el 200 que lo prendió fuego. Miren lo enterito que está
           
                Para finalizar y que no me puteen por la extensión del posteo, les dejo al que le interese “datos duros” de Roma:
-          Un “vero gelatto italiano” cucurucho en Roma cuesta 5 Euros y no venden por Kilo. No se como ven películas si no tienen pote de helado.
-          Roma, a comparación de Buenos Aires, es chica. Tiene solo dos líneas de subte y la ciudad se puede recorrer de punta a punta a pata. Y la cantidad de gente que se ve por la calle no es “muuuchiiiisima”, salvo los fines de semana.
-          Aprendimos lo que es en verdad el METROBUS, acá, sí. Es la posibilidad de combinar todos los servicios de transporte con un solo boleto.  Ósea, sacas un ticket que dura 100 minutos y te subís al tren, después al bondi y después al subte o al tranvía y está todo bien. El ticket sale 1,5 euro (si hacemos el cambio, son como 18 pesos argentos, careli). Los bondis y los trenes son más modernos que en Argentina, eso sí. El subte es bastante similar, pero la frecuencia es mejor y la gente no llega a amontonarse adentro.
-          Algunos lugares turísticos son pagos. Por eso nos perdimos visitar la capilla sixtina (nos pareció que 16 euros por cabeza era un poco demasiado), a la vuelta quizás la veamos. El Coliseo tiene un boleto compartido con el Monte Palatino y el Foro Romano de 12 E. Y después todooooos los museos son pagos, entre 8 a 12 euros dependiendo cual. Igualmente, repito, con lo que ofrece la ciudad, no te sentís que te estás perdiendo mucho por no entrar a X lugar.
-          Las veredas son angostas, lo que las hace paquetas, pero cuando un auto te pasa cerquita y rápido (todos los romanos manejan rápido) mete cagazo.
-          Nos hicimos amigos de un mexicano, Ricardito Salazar Reyes que nos comentó que en su país adoptan todo lo extranjero. Fue muy gracioso ver cuando sacaba su “padrísimo” teléfono celular y nos mostraba las canciones de cumbia argentina que tenía. Somos exportadores de “cumbia villera”.


- Jorgitoooo!!
- Como andas Seba?!
- Te quería comentar unas cositas pero después hablamos, dale bola a los del otro lado que son varios.

         Intenté resumir con pocas palabras lo que vivimos en Roma, pero cada vez que lo releo siento que me faltan expresar sensaciones. Igualmente es lo mejor que me sale, porque hay cosas que hay que vivirlas. Gracias por leer hasta acá. En un par de días subiremos lo que vivamos en Florencia, con Florencia (cuack).

 PD: En los próximos días subimos al face https://www.facebook.com/viajando.de.sur.a.sur la dirección de Flicker con toooooodas las fotos de Roma

martes, 11 de febrero de 2014

Cancelación, demoras y el desierto desde el cielo

                Después de meses de preparativos llegó el 7F, el 07 del 02 o como le quieran decir al siete de febrero. La cercanía del comienzo del viaje fue dando lugar a sensaciones encontradas: muchísima ansiedad y ganas de salir a romper la cancha, y al mismo tiempo, miedo y cagazo de cambiar todo, de tirarnos de cabeza a algo tan incierto. Un mes atrás solo se daban las primeras. No sé si está bien contar sobre esos miedos, pero fueron ciertos y reales, así que sepan que no es “tan fácil”.
                En fin, llegó el día, el armado de la mochila, ultimar detalles y salir para el aeropuerto. El vuelo 1140 de Aerolíneas Argentinas nos iba a dejar en Roma, hasta que llegamos a Ezeiza y nos avisaron que el vuelo estaba cancelado. Si, así de simple, nos cancelaron el vuelo con toda nuestra familia en el aeropuerto. A la despedida le aparecieron puntos suspensivos. Los nervios se relajaron. Apareció la incertidumbre de para cuando iba a ser reprogramado el vuelo y demás. Mi tío Carlos se me acercó rápido y me dijo “que les paguen un hotel, lo que sea, pero no vuelvas eh!” y entendimos que la despedida con la familia tenía que ser ahí, ese mismo viernes. No se podía estirar. Y así hicimos. Nos despedimos de todos el viernes 7, con muchos abrazos prolongados, de esos que hablan solos porque las gargantas están anudadas y varias lagrimas que se mezclaban cuando se tocaban nuestros cachetes. Después nos fuimos en un micro al hotel. El viaje había empezado.
                Nos ubicaron en un hotel en Capital, uno que era un lujazo, de esos que nunca hubiésemos pagado por motus propio. Aprovechamos a comer y descansar bien. El único dato de color importante es que estaba hospedado el plantel de Racing en el hotel y aproveche para acercarme a Francisco “Pancho” Cerro y pedirle que algún día vuelva a Quilmes. Se río y me dijo “ojalá ojalá”.

El desierto - sacada con el celu

                El domingo 9, a la madrugada, nos avisaron que el vuelo estaba retrasado. Así que después de la cancelación, tuvimos una demora, y después, otra demora sobre esa misma demora. A mi dame de Frambuesa de ahora en más, no quiero más de Mora. Finalmente a las 03:40 de la madrugada salió nuestro avión. Del viaje de 13 horas quiero resaltar lo fantástico que es ver el desierto desde el cielo, realmente un espectáculo. Durante aproximadamente 4 horas (viajando a 850 kmh) lo único que se veía abajo eran dunas y terribles porciones de arena. Es increíble.

Otra del desierto y el ala del avión - sacadas con el cel

                Llegamos el domingo bien de noche, y por el retraso, AA se encargó de darnos una noche en el Hilton de Roma. ¡Empezamos con dos hotelazos nuestro viaje gasolero! Y hoy, 10 de febrero, estoy escribiendo esto desde la cama de nuestro hostel. Ya visitamos un poquito de la ciudad de Roma hace un rato, pero era de noche. La primera impresión es justamente que es impresionante. Es una ciudad increíble, caminas por una callecita y se abre otra de adoquines, y de repente un monumento enorme y a media cuadra una iglesia con una arquitectura genial, como la de La Plata, pero hay una cada dos cuadras. Y más callecitas románticas por todos lados que te invitan a caminar. Los próximos días la vamos a recorrer bien si para de llover, y les traeremos novedades y fotos. 
            La compu marca las 19:03, la hora sigue siendo la de Buenos Aires. Será que ella todavía no cayó que estamos en Roma y que empezamos este viaje. Y será que habiendo pasado tan solo un día entero acá, nosotros tampoco.


Llegamos! las próximas publicaciones vienen con fotos sacadas por Flor, y mas lindas, obviamente

PD: conectarse desde Roma es hiperdificil, vamos a intentar lo más posible estar en contacto pero realmente es complicado. Saludos a todooooos