Después de meses de preparativos llegó el 7F, el 07 del 02 o
como le quieran decir al siete de febrero. La cercanía del comienzo del viaje
fue dando lugar a sensaciones encontradas: muchísima ansiedad y ganas de salir
a romper la cancha, y al mismo tiempo, miedo y cagazo de cambiar todo, de
tirarnos de cabeza a algo tan incierto. Un mes atrás solo se daban las
primeras. No sé si está bien contar sobre esos miedos, pero fueron ciertos y
reales, así que sepan que no es “tan fácil”.
En fin,
llegó el día, el armado de la mochila, ultimar detalles y salir para el
aeropuerto. El vuelo 1140 de Aerolíneas Argentinas nos iba a dejar en Roma,
hasta que llegamos a Ezeiza y nos avisaron que el vuelo estaba cancelado. Si,
así de simple, nos cancelaron el vuelo con toda nuestra familia en el
aeropuerto. A la despedida le aparecieron puntos suspensivos. Los nervios se
relajaron. Apareció la incertidumbre de para cuando iba a ser reprogramado el
vuelo y demás. Mi tío Carlos se me acercó rápido y me dijo “que les paguen un hotel,
lo que sea, pero no vuelvas eh!” y entendimos que la despedida con la familia
tenía que ser ahí, ese mismo viernes. No se podía estirar. Y así hicimos. Nos
despedimos de todos el viernes 7, con muchos abrazos prolongados, de esos que
hablan solos porque las gargantas están anudadas y varias lagrimas que se
mezclaban cuando se tocaban nuestros cachetes. Después nos fuimos en un micro
al hotel. El viaje había empezado.
Nos
ubicaron en un hotel en Capital, uno que era un lujazo, de esos que nunca hubiésemos
pagado por motus propio. Aprovechamos a comer y descansar bien. El único dato
de color importante es que estaba hospedado el plantel de Racing en el hotel y
aproveche para acercarme a Francisco “Pancho” Cerro y pedirle que algún día
vuelva a Quilmes. Se río y me dijo “ojalá ojalá”.
El desierto - sacada con el celu |
El
domingo 9, a la madrugada, nos avisaron que el vuelo estaba retrasado. Así que
después de la cancelación, tuvimos una demora, y después, otra demora sobre esa
misma demora. A mi dame de Frambuesa de ahora en más, no quiero más de Mora.
Finalmente a las 03:40 de la madrugada salió nuestro avión. Del viaje de 13
horas quiero resaltar lo fantástico que es ver el desierto desde el cielo,
realmente un espectáculo. Durante aproximadamente 4 horas (viajando a 850 kmh)
lo único que se veía abajo eran dunas y terribles porciones de arena. Es
increíble.
Otra del desierto y el ala del avión - sacadas con el cel |
Llegamos
el domingo bien de noche, y por el retraso, AA se encargó de darnos una noche
en el Hilton de Roma. ¡Empezamos con dos hotelazos nuestro viaje gasolero! Y
hoy, 10 de febrero, estoy escribiendo esto desde la cama de nuestro hostel. Ya
visitamos un poquito de la ciudad de Roma hace un rato, pero era de noche. La
primera impresión es justamente que es impresionante. Es una ciudad increíble,
caminas por una callecita y se abre otra de adoquines, y de repente un
monumento enorme y a media cuadra una iglesia con una arquitectura genial, como
la de La Plata, pero hay una cada dos cuadras. Y más callecitas románticas por
todos lados que te invitan a caminar. Los próximos días la vamos a recorrer
bien si para de llover, y les traeremos novedades y fotos.
La compu marca las 19:03, la hora sigue siendo la de
Buenos Aires. Será que ella todavía no cayó que estamos en Roma y que empezamos
este viaje. Y será que habiendo pasado tan solo un día entero acá, nosotros
tampoco.
Llegamos! las próximas publicaciones vienen con fotos sacadas por Flor, y mas lindas, obviamente |
PD: conectarse desde Roma es hiperdificil, vamos a intentar lo más posible estar en contacto pero realmente es complicado. Saludos a todooooos
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